El profesor de la Universidad Internacional de La Florida,
el amigo Javier Francisco Ortega, nos ha brindado un trabajo precioso sobre las
visitas que realizó a Canarias el eminente profesor David Fairchild en sus
cuatro viajes a las Islas, entre 1903 y 1935, dándonos una lectura sumamente
interesante de cómo un investigador norteamericano se interesó por las Islas,
no solo por los aspectos de sus riquezas biológicas o como eminente
investigador en los recursos fitogenéticos y de germoplasma vegetal, tema importante
en sus estudios, sino lo que nos parece a nosotros más significativo, que es el
interés puesto en las plantas cultivadas y en la cultura agraria, y todo lo
concerniente a la vida rural en las Islas.
Desde los enarenados de Lanzarote y
los cultivos adaptados a la aridez y al viento, a las forrajeras de La Palma
(tagasastes, gacio, vinagreras) o la agricultura en la dura topografía de
Canarias. Presentándonos entre otras cosas, “un campesino con una arado al
hombro en las laderas de Ifara”, frente a donde tenía fondeado el barco en el
que había llegado la expedición, el Utowana. De este viaje surgió posiblemente
el primer trabajo fotográfico más importante realizado sobre las Islas,
publicado en el National Geographic en 1930. Según el profesor Javier
Francisco, los trabajos realizados por David Fairchild, tanto en el campo de la
biología como en el de la agronomía, fueron una referencia en los EE.UU., de
hecho la American Horticulture Society lo sitúa como uno de los libros de
referencia en los EE.UU. en la primera mitad del siglo XX.
Estas líneas quieren felicitar al Instituto de Estudios
Canarios por la publicación de la conferencia de Javier Francisco Ortega y
lamentar que Javier se nos haya ido de las Islas como eminente investigador,
dado que su tesis doctoral fue sobre una forrajera como los tagasastes, y en la
que sus inquietudes y preocupaciones sobre el mundo agrario y la problemática
del campo seguro que nos harían más ricos ante la compleja realidad
socioeconómica que tienen estas Islas. Sin embargo, Javier es un científico del
mundo en la que con seguridad tiende puentes, no sólo entre las dos riberas del
Atlántico Florida-Canarias, sino en el campo más amplio de la investigación y
de los estudios agrobiológicos del planeta. Nos da gran satisfacción que estas
Islas hayan generado un interés tan grande como para que un científico de esta
categoría las visitara cuatro veces, analizando con detalle: los cultivos, las
plantas forrajeras, el Jardín Botánico del Valle de La Orotava. Hizo recorridos
parciales por cuatro islas: Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife y La Palma;
visitando principalmente zonas medias y costeras en las que la actividad
agraria era importante. Es de resaltar que sus visitas a Canarias son parte de
un gran periplo de tres años recolectando material vegetal en tres continentes
(África, Asia y Europa). De estos viajes surgió un libro: Exploring for plants,
con tres capítulos de este que se dedican a Canarias. Esto da una idea de la
gran importancia que para este gigante de la exploración vegetal y fitogenética
tuvo su paso por nuestras islas. La visita de David Fairchild a Canarias tiene
gran importancia desde el punto de vista de historia de la ciencia, pues tiene
lugar cuando la comunidad científica reconoce las leyes de Mendel y su
relevancia para el desarrollo de nuevos cultivos. Esto hace que las grandes
potencias: Alemania, Francia, Inglaterra, Unión Soviética y los Estados Unidos
se lancen a una carrera por tener acceso a material para programas de mejora
vegetal.
La mayor parte de los textos de David Fairchild sobre
Canarias tienen a nuestros campesinos y formas de cultivo como centro y
resaltan nuestro cultivares autóctonos. David Fairchild finaliza su trayectoria
en un jardín botánico localizado en Miami, Florida, que se le dedica a su
persona (aunque sabemos que nunca se encontró cómodo con que una institución
llevara su nombre). El Jardín Botánico Tropical Fairchild se establece no
solamente como un homenaje al padre de los recursos filogenéticos de los
Estados Unidos. Este jardín surge como un reconocimiento a la importancia de
las plantas y su domesticación como centro de las actividades humanas. Una
sección importante de este jardín está dedicada a árboles frutales y todos los
años campañas de exploración vegetal se realizan para enriquecer las
colecciones de mango, litichi, aguacate, papaya, etcétera. El jardín tiene una
finca de unas ocho fanegadas dedicadas exclusivamente a mantener estas
colecciones de frutales, las cuales no solamente juegan un papel importante para
proyectos de investigación sino para actividades educativas. Todos los años el
jardín tiene un festival de tres días que se denomina festival del mango,
abierto al público y donde se vende muy bajo precio los cultivares más
recientes del mango, realizando también otras actividades referentes a este
cultivo. En Tenerife, tenemos un jardín botánico con más de doscientos años,
que creo que sea de los más antiguos de España. Este jardín está ligado a un
centro de investigaciones agrarias (el ICIA) puntero en temas de cultivos
tropicales. Aun así, considero que la conexión entre ambos no se ha llevado a
todo su potencial para resaltar la importancia de nuestro agro.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
DIARIO DE AVISOS, 22 de Diciembre 2012