TODOS los días encontramos en los caminos de la vida
reflexiones que nos hacen leer nuestro pasado, en las que no sólo vemos las
arrugas en la piel y los achaques de los años, sino algo que es peor: lo poco
que hemos aprendido en la escuela de la vida. Queremos naturaleza y a la vez
disfrutar de todas las comodidades de la sociedad de consumo, de tal manera que
queremos coches, pero no carreteras; alimentos naturales y campos cultivados,
pero le tenemos alergia al sacho; electricidad pero no cables, torretas ni
centrales que contaminen; llamamos buen tiempo cuando el sol nos invita a la
playa. En resumen, todos son derechos y albergamos muchas dudas de si tenemos
obligaciones.
domingo, 27 de junio de 2010
Leyes y campesinos
LA CRISIS económica nos obliga a hacer una nueva lectura del
territorio, pues hasta ahora las medianías, y en particular en el mundo rural,
se había entendido como un marco a naturalizar pensando que ya habíamos
superado los tiempos de la agricultura de autoabastecimiento y que la Unión
Europea, cargada de excedentes alimenticios, atendería nuestras demandas y lo
que hasta ahora se valoraba en la UE era nuestra diversidad y, sobre todo, la
llamada flora y fauna endémica de Canarias.
domingo, 13 de junio de 2010
Plátanos en la Isla Baja: crisis social y territorial
QUERIDO lector, en una visión de la Isla Baja, el paisaje
costero mejor conservado de Tenerife, se ponen de manifiesto cultivos
doblemente equilibrados con la naturaleza y ocupación del terruño por parte del
hombre, acantilados de La Culata con vegetación natural, costas sin urbanizar,
plataneras al aire libre con apenas invernaderos y, lo que no es menos
importante, una ocupación humana sin grandes núcleos situada mayoritariamente
sobre los conos volcánicos que hacen de lunares del territorio (Montaña de
Aregume y Montaña de Taco).
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