Estos días hemos leído con preocupación un documento del
Gobierno de Canarias por el que se ponen una serie de tasas por el sacrificio
de nuestra mermada cabaña ganadera y, unido a ello, también se gravan las
actividades agrarias ambientales.
Nos parece un documento desafortunado, ya que en nuestra
tierra el sector primario ha sido duramente maltratado en los últimos años, a
lo que se añaden las injustas medidas económicas del Gobierno del señor Rajoy
hacia Canarias; es decir, para un territorio que significa más del 4% de la
población del país se reducen las inversiones a poco más del 2% de todo el
Estado.
Las medidas, en concreto, consisten en la aplicación de una
serie de tasas: cinco euros por el sacrificio de cada vaca y dos euros por el
sacrificio de cerdos, y otras cantidades por cabras, conejos, aves, etc. Hay
que recordar que en Canarias estamos sacrificando en la actualidad unos 8.000
vacunos y unos 40.000 cerdos por año.
Creemos que estas tasas no van a resolver ninguna situación
económica; es más, la recaudación conseguida no alcanza ni tan siquiera el
medio millón de euros. Esta medida no solo grava a los más débiles sino que es
injusta, pues en las Islas importamos más de 45 millones de kilos de carne, sin
arancel alguno, a través del denominado Régimen Específico de Abastecimiento
(REA), asunto que ha contribuido a empobrecer al sector primario en nuestras
Islas, ya que, mientras aquí le pedimos a nuestros ganaderos que su actividad
productiva se ajuste a toda una serie de leyes protectoras del territorio y el
bienestar animal, no pedimos ninguna contrapartida similar a lo que entra en
Canarias en “régimen de aluvión”.
Un arancel, aunque sea de un euro por kilo, aunque grave la
cesta de la compra en las Islas, pudiera ser una medida, no solo recaudatoria
por parte de la Comunidad Autónoma, sino que también ayudaría al maltratado
sector primario en su lucha contra las importaciones, que en muchos casos se
llevan a cabo en situación dumping.
Y ello porque todos hablamos de sostenibilidad y de
potenciar el sector primario, máxime cuando vemos que países como Estados
Unidos y Brasil, en estos momentos, ponen gravámenes a las importaciones.
Estos países nos están hablando de aranceles, controles y
filtros como mecanismos de defensa de sus producciones locales. Un ejemplo de
esta situación es el caso del aceite de oliva español, al que se le limita la
entrada por filtros de los laboratorios de esos países.
Es en este marco, en el que leer que en nuestros mataderos
se van aplicar filtros económicos y de papeles, en el que se dice que se cobra
ante mortem y post mortem, por el estampillado, inspección, control sanitario,
etc.; es complicar burocrática y económicamente al maltratado sector. No
olvidemos que hace poco se aplicó una serie de medidas de bienestar animal a
las granjas de gallinas, que han reducido su producción en el 20% y, como
consecuencia, han subido los precios de los huevos en más del 30%. Por ello,
querido lector, esperamos del Gobierno de Canarias una corrección y un giro de
algunos grados, que contribuya a dignificar al sector primario y que cree
condiciones para que nuestros jóvenes miren para el campo con posibilidades de
una vida digna y menos dependiente. En relación con esto último, es de destacar
que importamos a Canarias más de 500 millones de litros de productos lácteos y
es en este marco en el que debemos trabajar para reducir la dependencia a
través de la potenciación de las producciones locales, que generan puestos de
trabajo, mejoras ambientales, equilibrio de la población en el territorio. En
una palabra, construir un territorio sostenible social y ambientalmente.
Estas líneas no pretenden solo denunciar una situación que
nos parece, incluso económicamente, disparatada, sino sumarse al apoyo de
nuestra ganadería, de nuestra agricultura, en una apuesta porque estas tierras
sean más sostenibles en una sociedad más solidaria en el que el sector primario
no puede seguir empobreciéndose incluso por el egoísmo de los que no vivimos
del sector primario.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
DIARIO DE AVISOS, 26 de Mayo 2012