domingo, 27 de noviembre de 2011

Marcas, modas y franquicias


Estoy obligado a realizar un comentario de lo ocurrido el pasado 20 de noviembre, ya que he participado en un compromiso político y social con esta tierra desde muy joven. En ese periodo, sufrí persecución y discriminación, al punto que el comisario Matute me tuvo encerrado en las mazmorras del edificio que actualmente ocupa la subdelegación del Gobierno.
De esta forma, el pasado 20-N hice de apoderado de Coalición Canaria en el colegio Acaymo en el polígono Padre Anchieta de La Laguna. Los votos que entraron en dicho colegio me hacen plantearme una explicación que no es fácil desde el punto de vista sociológico, no porque no sean favorables a las siglas que represento, sino, sobre todo, por la cosecha conseguida por otras siglas que han estado ausentes en la problemática social de dicho polígono en la reciente historia democrática me hacen difícil entender los resultados aunque el pueblo siempre tiene la razón.
Todos sabemos que este polígono tiene un alto porcentaje de paro y que en los últimos años CC ha estado en numerosos asuntos tratando de ayudar a los vecinos. Sin embargo, no puedo entender que Rosa Díez -de quien dudo que haya pisado el polígono alguna vez en su vida- haya obtenido unos resultados similares a los de CC en esta zona. El PP obtuvo 175 votos, el PSOE 124, IU 40, CC 36, UPyD 23 y Sí se puede 15, mientras que el resto se repartieron en otras fuerzas políticas. En total, 446 de 640 electores. ¿Son dichos resultados el fruto del trabajo y el compromiso con los vecinos? ¿Han estado sembrando y escardando el trigo en el campo estas siglas que han tenido buenos resultados? ¿Tan mal lo hemos hecho desde CC? Con toda seguridad, nos ha faltado más cercanía a muchos de los problemas de los vecinos, puesto que estamos en un mundo mediático cargado de marcas y modas, convertidos los partidos locales en franquicias y CC como producto de la tierra no puede competir si no tenemos una organización preparada e integrada, pisando el suelo, en un mundo en el que hasta el gofio para el biberón de los niños viene de fuera. Hay otros temas que me dejan aún más preocupado. En el colegio universitario de Magisterio en el que voté, una señora profesora armó un lío porque pedía que le dieran la papeleta de Rajoy. Cuando le tratamos de explicar que Rajoy se presentaba en Madrid, no nos entendía. Si esto ocurre en el mundo universitario, me atrevo a decir -sin ánimo de ofender a nadie-, que la política en estos momentos es más un tema de marcas y modas que de programas y compromisos sociales, en la que dicho sea de paso, la crisis de valores y las actitudes corruptas de algunos aprovechados terminan por hacer el resto. Por ello, con el máximo respeto a los que han ganado las elecciones, creo que la política trata mal a muchos de los que hemos dado la cara y que hemos estado comprometidos con esta tierra y su gente. El tacherismo a la sueca que posiblemente aplicará Rajoy va a ser muy duro para todos, incluso para los que el otro día nos castigaron, en parte merecidamente porque ha faltado proximidad a nuestra gente y porque no se puede vender humo basado en carteles y propaganda como la competencia que tiene una marca y su franquicia local.
La Palma, que ha votado por el PP, parece que ignora que Rajoy le dijo al expresidente de Colombia Álvaro Uribe que iba a luchar para bajar los aranceles del banano -con el consiguiente perjuicio para el plátano local- una vez que tuviera responsabilidades políticas en la UE. Sobran los comentarios. De esta manera, creo que hemos sembrado mal el campo todos, porque para tener derechos hay que tener obligaciones y, por supuesto, una mejor organización, más comprometida con nuestra gente, y cuya falta explica, en parte, la paliza que nos han dado en las urnas. Estamos en un mundo mediático, con miles de marcas y modas, y un partido nacionalista no puede estar alejado en su programa económico, social y cultural de la tierra que pisa. Necesitamos una organización firme, con los pies en el suelo, en la que nuestros jóvenes conecten con el más acá y se alejen del más allá, aunque, indudablemente, han de ser ciudadanos del mundo. Ante los tiempos que se avecinan o hacemos organización con ideas y compromiso o el mercado absorbe y domina, como está ocurriendo en estos momentos. Aquí no sólo tenemos tierras balutas. También tenemos muchas cabezas balutas. Coalición Canaria ha de hacer un esfuerzo porque esta tierra lo necesita y porque hay que afrontar nuestro presente y nuestro futuro desde aquí.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
DIARIO DE AVISOS, 27 de Noviembre 2011