Estoy obligado a realizar un comentario de lo ocurrido el
pasado 20 de noviembre, ya que he participado en un compromiso político y
social con esta tierra desde muy joven. En ese periodo, sufrí persecución y
discriminación, al punto que el comisario Matute me tuvo encerrado en las
mazmorras del edificio que actualmente ocupa la subdelegación del Gobierno.
De
esta forma, el pasado 20-N hice de apoderado de Coalición Canaria en el colegio
Acaymo en el polígono Padre Anchieta de La Laguna. Los votos que entraron en
dicho colegio me hacen plantearme una explicación que no es fácil desde el
punto de vista sociológico, no porque no sean favorables a las siglas que
represento, sino, sobre todo, por la cosecha conseguida por otras siglas que
han estado ausentes en la problemática social de dicho polígono en la reciente
historia democrática me hacen difícil entender los resultados aunque el pueblo
siempre tiene la razón.
Todos sabemos que este polígono tiene un alto porcentaje de
paro y que en los últimos años CC ha estado en numerosos asuntos tratando de
ayudar a los vecinos. Sin embargo, no puedo entender que Rosa Díez -de quien
dudo que haya pisado el polígono alguna vez en su vida- haya obtenido unos
resultados similares a los de CC en esta zona. El PP obtuvo 175 votos, el PSOE
124, IU 40, CC 36, UPyD 23 y Sí se puede 15, mientras que el resto se
repartieron en otras fuerzas políticas. En total, 446 de 640 electores. ¿Son
dichos resultados el fruto del trabajo y el compromiso con los vecinos? ¿Han
estado sembrando y escardando el trigo en el campo estas siglas que han tenido
buenos resultados? ¿Tan mal lo hemos hecho desde CC? Con toda seguridad, nos ha
faltado más cercanía a muchos de los problemas de los vecinos, puesto que
estamos en un mundo mediático cargado de marcas y modas, convertidos los
partidos locales en franquicias y CC como producto de la tierra no puede
competir si no tenemos una organización preparada e integrada, pisando el
suelo, en un mundo en el que hasta el gofio para el biberón de los niños viene
de fuera. Hay otros temas que me dejan aún más preocupado. En el colegio
universitario de Magisterio en el que voté, una señora profesora armó un lío
porque pedía que le dieran la papeleta de Rajoy. Cuando le tratamos de explicar
que Rajoy se presentaba en Madrid, no nos entendía. Si esto ocurre en el mundo
universitario, me atrevo a decir -sin ánimo de ofender a nadie-, que la
política en estos momentos es más un tema de marcas y modas que de programas y
compromisos sociales, en la que dicho sea de paso, la crisis de valores y las
actitudes corruptas de algunos aprovechados terminan por hacer el resto. Por
ello, con el máximo respeto a los que han ganado las elecciones, creo que la
política trata mal a muchos de los que hemos dado la cara y que hemos estado
comprometidos con esta tierra y su gente. El tacherismo a la sueca que
posiblemente aplicará Rajoy va a ser muy duro para todos, incluso para los que
el otro día nos castigaron, en parte merecidamente porque ha faltado proximidad
a nuestra gente y porque no se puede vender humo basado en carteles y
propaganda como la competencia que tiene una marca y su franquicia local.
La Palma, que ha votado por el PP, parece que ignora que
Rajoy le dijo al expresidente de Colombia Álvaro Uribe que iba a luchar para
bajar los aranceles del banano -con el consiguiente perjuicio para el plátano
local- una vez que tuviera responsabilidades políticas en la UE. Sobran los comentarios.
De esta manera, creo que hemos sembrado mal el campo todos, porque para tener
derechos hay que tener obligaciones y, por supuesto, una mejor organización,
más comprometida con nuestra gente, y cuya falta explica, en parte, la paliza
que nos han dado en las urnas. Estamos en un mundo mediático, con miles de
marcas y modas, y un partido nacionalista no puede estar alejado en su programa
económico, social y cultural de la tierra que pisa. Necesitamos una
organización firme, con los pies en el suelo, en la que nuestros jóvenes
conecten con el más acá y se alejen del más allá, aunque, indudablemente, han
de ser ciudadanos del mundo. Ante los tiempos que se avecinan o hacemos
organización con ideas y compromiso o el mercado absorbe y domina, como está ocurriendo
en estos momentos. Aquí no sólo tenemos tierras balutas. También tenemos muchas
cabezas balutas. Coalición Canaria ha de hacer un esfuerzo porque esta tierra
lo necesita y porque hay que afrontar nuestro presente y nuestro futuro desde
aquí.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
DIARIO DE AVISOS, 27 de Noviembre 2011