LOS PRÓXIMOS martes y miércoles se va a celebrar en Madrid
el encuentro de la Unión Europea con América Latina; reunión que en la que
parece que los planteamientos que lleva el señor Zapatero en nombre de la UE
avalan la caída de aranceles o, lo que es lo mismo, pretende abrir las puertas
de Europa, y de España en particular, a los productos agrarios de
Latinoamérica. Esta situación coincide con las declaraciones que hizo el señor
Rajoy en su viaje a Colombia con relación a los aranceles al plátano, en esa
búsqueda de mejorar las relaciones con los países latinoamericanos y las
multinacionales de ambos lados del Atlántico.
Esto nos debe hacer reflexionar, sobre todo, porque hace
poco los países ACP (África, Caribe y Pacífico) han dejado de tener las
limitaciones de contingentes y aranceles para las exportaciones de bananos a la
UE. Por ello, querido lector, estamos abriendo las puertas de la casa ante una
tempestad, en vez de protegerla, que es lo que indica la lógica. Así, nos
encontramos con una situación de crisis económica y una serie de problemas en
el mercado internacional, donde se sigue maltratando a los agricultores de los
países terceros, con condiciones de vida muy duras -con salarios bajos y
carencia de Seguridad Social, por poner un ejemplo- y que se pretende que
compitan los agricultores europeos en cuanto a precios en nombre de eso que se
llama libre comercio y convertir en ciudadanos del Tercer Mundo a nuestros agricultores.
Por todo ello, hemos de plantear que hasta ahora la única
voz que hemos tenido en la defensa de una situación arancelaria y de protección
de nuestros cultivos ha sido la de los diputados Ana Oramas y José Luis
Perestelo. Es en este marco en el que queremos situar la dura coyuntura que
viven los agricultores y campesinos canarios. Entremos en datos. En los meses
que han transcurrido del presente año, Canarias ha producido 143.000 toneladas
de plátanos, es decir, unas 20.000 toneladas más que en 2009, de las cuales
quedaron inutilizadas en las Islas algo más de 17.000 Tm3. En el año 2009, las
islas obtuvieron unos 80 millones de euros -79.338.367 euros para ser exactos-
por 122.000 toneladas, mientras que en el presente año, por las 143.000 hemos obtenido
apenas unos 21,5 millones de euros -21.453.000 euros-, es decir, una cuarta
parte de lo obtenido el año anterior.
Mientras el precio medio por kilo en 2009 estaba en 0,65
euros, en lo que va de 2010 se sitúa en 0,15 euros por kilo. Como los costes de
producción en Canarias están entre 0,60 y 0,80 euros por kilo, según las zonas,
quiere decir que los más de 10.000 agricultores y las 30.000 familias canarias
que tienen que ver con la economía del plátano (empaquetados, estiércol,
transportes, puertos, etc.) lo tienen muy difícil para mantener a lo largo del
presente año los cultivos medianamente atendidos sólo pendiente de los 0,34
euros por kilo de las ayudas comunitarias para sobrevivir, que no dan para
cubrir los costes de producción.
Nos encontramos con un panorama dominado por las
multinacionales y un "romanticismo interesado" de abrir las puertas
hacia terceros países sin medidas de protección a nivel interno, en el que
tanto Madrid como Bruselas están más al servicio de las grandes multinacionales,
lo que deja a Canarias en una situación muy difícil.
Pero también debemos mirar hacia nosotros y entonar el mea
culpa. Canarias no ha tomado una serie de medidas básicas en la
comercialización del plátano, como es una marca única, con una concentración de
la comercialización con criterios profesionales más allá de las miserias
locales y que hace que jornadas que como las que se celebraron en La Palma el
pasado mes no den alternativa a un tema que hemos demandado durante muchos
años, como es la profesionalización con criterios uniformes del comercio del
plátano de Canarias. De tal manera que los plátanos que se están vendiendo en
la Península a 1,32 ó 1,35 euros el kilo -es decir, con precios similares al de
las bananas- puedan generar un nivel de renta a los agricultores canarios para
continuar con esta importante actividad económica y social en nuestro
territorio.
Por ello pensamos que esta "cumbre" de Europa y
América Latina del próximo 18 y 19 de mayo es, una vez más, el apoyo a un barco
sin rumbo en el que el viento, aunque sea favorable, no nos lleva a ningún
puerto, por lo menos en lo que afecta al sector primario de Canarias y creemos
que también de toda la Europa comunitaria, en la que la política agraria (PAC)
está perdiendo puntos ante los intereses de los grandes monopolios y
multinacionales. Como dijo el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, no hay
ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige. Y la
agricultura, desgraciadamente, está en manos de un capitán sin brújula que está
en Madrid y que cuenta con la complicidad de la oposición, quienes, a pesar de
tener mayoría en Bruselas, tampoco son capaces de defender lo nuestro.
Un último dato para la reflexión: hemos tenido este año
cinco meses consecutivos en que los precios al agricultor, incluida las ayudas,
no alcanzan para cubrir los costes de producción; situación que no se había
dado en nuestras Islas desde la Segunda Guerra Mundial. Ante esta situación, la
UE y Madrid, lejos de ayudar al agricultor canario, están contribuyendo a
aumentar su miseria. Creemos que hemos de movilizar la sociedad canaria en
defensa del campo, más allá de los colores políticos, religiosos o el lugar de
nacimiento.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 16 de Mayo 2010