domingo, 5 de abril de 2009

El campo y el mercado


ESTA SEMANA hemos asistido a un encuentro de los máximos mandatarios del mercado del planeta en Londres y, por lo que sabemos, apenas se ha hablado de los alimentos y de la agricultura, siendo temas centrales los bancos, la industria del automóvil y, de alguna manera, los planteamientos de la globalización y si hay o no proteccionismo. Más allá de cualquier otra consideración, parece claro que la crisis que vivimos en estos momentos no es sólo económica y de liquidez de las empresas bancarias.
Estamos, en gran medida, en una crisis de modelo en la que en los últimos años el sector financiero y la especulación han sido los elementos dominantes, de tal manera que uno de los temas que se trata en estos momentos es el de la distancia que hay entre mercancías o bienes producidos y la relación con la moneda, en la que, entre otras cosas, aparecen los más de 50 paraísos fiscales de los que unos quieren hablar y otros ni tan siquiera mencionar en la reunión de los veinte mandatarios de Londres.
Es en este marco en el que queremos poner estas líneas, puesto que en Canarias tenemos que hablar del sector primario debido al alto desfase entre lo que producimos y lo que demandamos. Es más, un alto porcentaje de suelo agrícola está en situación ociosa, mientras, desgraciadamente, tenemos una población parada sin alternativa posible a corto plazo. Por ello, aunque el presidente del Gobierno de Canarias habló la pasada semana del sector primario, creemos que las medidas que hemos de tomar son de profundidad y con carácter urgente si de verdad queremos tener una cobertura alimenticia ante la situación internacional de los alimentos y, sobre todo, ante las demandas locales que por ahora no vemos que se incrementen y, lo que es peor, no vemos razones para que nuestros jóvenes se incorporen al agro si no cambian una serie de medidas elementales.
Así, por ejemplo, si vemos la cesta de la compra en nuestras Islas, observamos que los productos que han bajado de precios son, sobre todo, del sector primario, y que en estos momentos está existiendo una presión a la baja en alimentos que hace aún más problemático subsistir a nuestro ya maltratado sector primario. Valga como referencia que la Unión Europea tiene en estos momentos una presión a la baja en los precios de la leche, o que aquí le siguen pagando las papas a los agricultores a poco más de 30 céntimos el kilo y el litro de leche quieren bajarlo en distintos puntos de la UE a 30 céntimos, cuando en la actualidad les pagan a los ganaderos unos 48 céntimos. Es en este marco en el que hemos de saber que los precios y costes de los cereales y los abonos químicos, que doblaron el precio el año pasado, no han bajado en la mayoría de los casos; sólo el millo, el trigo y la cebada han vuelto a precios anteriores a la crisis del año pasado.
Ante esta situación, en Canarias hemos de plantearnos seriamente cómo apoyar y favorecer al sector primario, sobre todo, por ese desfase que se produce en las Islas entre producción local y demanda y porque necesitamos que al sector primario se incorpore parte de una población ahora ociosa. De lo contrario, podemos encontrarnos con situaciones del modelo cubano en nuestras ciudades, con gallinas, conejos y cochinos en algunos de nuestros adosados o situaciones de hurto a nuestros agricultores ante el desfase entre lo que producimos todos los días y las demandas, puesto que sólo se van a quedar en el campo producciones para el autoabastecimiento, dado que el mercado, con estos precios, no crea ningún estímulo, máxime con los márgenes que tiene la intermediación en las Islas.
De ahí que esta reunión de alto nivel para hablar de los problemas bancarios puede generar más espejismos que alternativas reales. Así, por ejemplo, la intervención del Banco de España en la Caja de Castilla La Mancha significa poner 5.000 euros por habitante de esa región para reflotar una entidad territorial y económicamente limitada, mientras que estos recursos puestos en el medio rural para estimular producciones locales pueden generar no sólo puestos de trabajo, sino también más estabilidad social.
De esta forma, creemos que hay que proteger las producciones locales sin que eso suene a proteccionismo trasnochado, que como bien defiende el filántropo y banquero húngaro norteamericano George Soros, ya se está planteando en el mundo, como ocurre por ejemplo con los dólares que están volviendo a Estados Unidos, dejando a numerosas empresas creadas en la periferia, o lo que es lo mismo, empobreciendo aún más los territorios hasta ahora peor tratados. Es decir, el proteccionismo, aunque no nos guste, se está produciendo en el planeta, de ahí que defender en Canarias las producciones locales por temas estratégicos y de supervivencia, bien con apoyos económicos a tal actividad o con controles fitosanitarios y arancelarios en los puertos, no tiene por qué crearle ronchas a nadie y es la única manera que tenemos para que una parte de nuestros jóvenes se acerquen al sector primario y tengamos mejor cuidado nuestro medio rural y los alimentos que demandan nuestros estómagos.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 5 de Abril 2009