EL DÍA 30 de marzo se aprobó el Plan Director de la Corona
Forestal de Tenerife, el mayor espacio protegido del archipiélago canario con
casi 500 kilómetros. Después de 10 años de debate sobre los usos y sus
limitaciones, hemos de felicitar al viceconsejero de Ordenación Territorial del
Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Pulido, por haber incorporado al mismo la
mayor parte de las alegaciones que presentó el Cabildo de Tenerife y en las que
se recogen numerosas demandas sociales que la demografía y los usos
tradicionales de esta isla requieren. En consecuencia, se ha flexibilizado gran
parte de una teoría de prohibir y limitar los usos tradicionales en nuestros
montes.
Es decir, el pastoreo, las actividades agrario-ganaderas y las nuevas
demandas de telecomunicaciones, galerías y canalizaciones de aguas demandaban
una flexibilización que hemos conseguido.
Sin embargo, el pastoreo y los aprovechamientos forestales,
antaño compatibles con el medio ambiente, son asignaturas aún pendientes en
unas leyes proteccionistas que han obviado en gran parte los usos
tradicionales. Entremos en materia. El mantenimiento de nuestros montes
requiere un importante trabajo de retirada de combustible para defenderlos de
los incendios de los largos veranos canarios, siendo la hierba y los matorrales
que crecen a lo largo del invierno parte del combustible que arde en los
veranos. Por ello, el pastoreo y la ganadería son una necesidad en la gestión
de nuestros montes, máxime con las tierras balutas que suelen rodear gran parte
de los mismos.
En este marco, tenemos que avanzar no solo por las leyes
proteccionistas ambientales al uso en Canarias, sino por lo que significa en
estos momentos la mala aplicación del Régimen Especial de Abastecimiento (REA),
que hace que un kilo de carne de vacuno reciba entre 0,42 y 0,66 euros de ayuda
y que un kilo de solomillo importado de terceros países deje de pagar los
aranceles correspondientes de 6 euros, mientras que la producción local apenas
tiene 0,12 euros por kilo.
La producción ganadera de Canarias ha caído de manera
preocupante, siendo una referencia que en La Gomera sólo quedan 4 vacas de
ordeño de los 15.000 vacunos que tenemos en todo el Archipiélago. Un dato aún
más relevante, si cabe: las importaciones de carne del año pasado superaron el
equivalente a 70.000 vacas, mientras que todos los sacrificios que tenemos en
las Islas no llegan a 8.000 al año. Es decir, hemos maltratado a nuestros
ganaderos con unas leyes proteccionistas que no solo limitan usos tradicionales
sino que en nombre de la protección del territorio, penalizamos la construcción
de establos, paredes, depósitos de aguas, bodegas, etc., mientras que, por otra
parte, las importaciones de terceros países y de la Unión Europea arruinan la
actividad agroganadera de nuestros campesinos.
Tenemos que revisar los injustos aranceles y apoyos que el
REA da a las importaciones y la exención de aranceles a los productos que
vienen de terceros países. No podemos seguir importando para nuestro
Archipiélago más de 34 millones de kilos de pollos procedentes de Brasil y 25
millones de kilos de vacuno, en su mayoría también de terceros países, ya que
eso agrava de manera significativa el que nuestros jóvenes se incorporen al
campo y que tengamos una mayor seguridad en la lucha contra el fuego, más allá
del propio autoabastecimiento.
Por ello, en esto que ahora se llama huella ecológica hemos
de hacer un balance no solo de la actividad agroganadera y su estrategia en el
autoabastecimiento sino, sobre todo, de la necesidad de incorporar gran parte
de nuestra juventud a la producción de alimentos dada las posibilidades que
tenemos de aumentar la cobertura alimenticia y la creación de puestos de
trabajo en las Islas. Las ventajas para nuestra gente no solo se quedan ahí,
sino que, de incorporar a los jóvenes al campo, tendríamos un elemento de
conservación ambiental, al limpiar gran parte de la vegetación que en nuestros
veranos nos causa problemas ante los posibles incendios forestales.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 3 de Abril 2011